No basta encerrar en esas cuatro paredes los deshechos, los malos recuerdos,los dolores. Hay que abrir esa puerta y empezar a limpiar toda la mierda, poco a poco, para que el polvo no te rodee y te ahogue. No puedo acumular más basura y dajarla ahí, porque al final la puerta vence y sale todo a relucir, lo que pensábamos que estaba bien guardadito te explota en la cara ¿ y qué puedes hacer? Ponerte a temblar, te creías feliz y victoriosa, pensabas que habías ganado la partida pero las cosas no desaparecen tan fácilmente.
Has de luchar contra ellas hasta reducirlas a la nada, una tras otra y así poder dejar esa puerta abierta para que entre la luz que pasa por la ventana que está recién abierta.
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